Artistas grabadores en la edad del Humanismo


Carmen Vega.- El grabado ha tenido que soportar, a lo largo de la historia, una especie de penitencia y de menosprecio respecto a otras disciplinas artísticas consideradas "mayores". Puede que cierto prejuicio elitista lo condenase a un papel subalterno por el hecho de poner a disposición de un público más o menos mayoritario una "obra" que, en sí misma, se consideraba reservada a paladares menos multitudinarios. En ello guarda cierta similitud con la fotografía, la cual se las vio y se las deseó para superar las prevenciones iniciales, que la tachaban de arte menor, subsidiaria de las grandes formas de expresión como la pintura o la escultura.

Sin embargo, ello no obstó para que artistas de la talla de Durero o Rembrandt, por no hablar de nuestro Francisco de Goya, creasen algunas de sus mejores obras directamente para la plancha. Paralelamente, la industria editorial aprovechaba las sucesivas innovaciones técnicas (caso del grabado al cobre o del aguafuerte  y, posteriormente, de la más moderna litografía) para ilustrar sus libros, con lo cual conferían a éstos una dignidad estética de la cual, hasta entonces, no habían disfrutado.

Consecuencia de este papel subalterno, el estudio, tanto histórico como iconográfico, del grabado como disciplina artística ha adolecido, de manera secular, de grandes lagunas y carencias. Para suplirlas, al menos en parte, la editorial Liber publicó el libro Artistas grabadores en la edad del Humanismo, un volumen de gran formato, profusamente ilustrado, en el que el especialista J. María González de Zárate realizada un documentadísimo recorrido por la génesis y evolución del grabado desde los albores de la imprenta hasta alcanzar su pleno madurez, en los albores del siglo XVII.


Muy poco o nada se ha escrito y editado en castellano sobre los artistas grabadores del Humanismo de manera sistemática y ordenada. En este volumen se dan a conocer determinados temas que quedan relegados en los tradicionales estudios académicos: las escuelas europeas de grabado, sus autores, vida y obras, así como las técnicas y las obras grabadas. La obra analiza a los artistas que tuvieron una gran notoriedad como vehículo transmisor de formas e iconografías. Así hablamos de Andrea Mantegna, Alberto Durero, Lucas de Leyden o Marcantonio Raimondi.

En definitiva, una excelente iniciativa que el degustador de arte no debería dejar pasar, so pena de perderse algunas de las mejores creaciones que el espíritu humano ha legado para la posteridad.




LOS HERMANOS DALZIEL, GRABADORES EXQUISITOS

Dentro de la corriente pre-rafaelita, que supuso durante el siglo XIX una reivindicación de los valores anteriores a la industrialización (como la artesanía, la simplicidad y la espiritualidad), los hermanos Dalziel se convirtieron en los paladines en la difusión de obra gráfica inspirada en ellos. De su mano, se difundieron volúmenes ilustrados con un exquisito sentido de la forma, entre los cuales se encuentran innumerables ediciones de libros infantiles acompañados por sus grabados.

EL MÍO CID DE JORGE PERELLÓN

Alberto Montaner, filólogo hispánico, historiador y arabista, especializado en estudios del Cid, ha sido el modernizador y asesor de una nueva edición del Cantar del Mío Cid, ilustrada con imágenes del artista plástico, pintor y grabador Jorge Perellón. Esta edición se engloba dentro del género de libros de artista, es decir, una colección de grabados que se presenta en una caja o estuche, tipo libro, como representación ilustrativa de un texto literario, en este caso uno de los textos fundacionales de la lengua castellano. Esta edición consta de más de 100 ilustraciones y 15 grabados calcográficos originales y sellos gofrados, que Jorge Perellón ha desarrollado estudiando a fondo el texto íntegro del Manuscrito de Per Abat.


KIRCHNER, GRABADOR VEHEMENTE 

Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938) fue uno de los máximos representantes del expresionismo alemán y cofundador del famoso grupo Die Brücke en 1905, cuyos pilares fueron libertad, espontaneidad y autenticidad, a los que Kirchner añadiría angustia vital. Radical renovador del lenguaje plástico de su época, utiliza múltiples técnicas en su apasionada búsqueda de la libertad exterior e interior, y xploró contenidos muy diversos entre los que destacan paisajes, vistas urbanas, naturalezas muertas, motivos literarios, composiciones fruto de la fantasía y, sobre todo, la figura humana, aislada o en grupo, en reposo o en movimiento, en interiores o en plena naturaleza. Sus xilografías se encuentran entre las más celebradas de todos los tiempos.


LA SUITE VOLLARD: PICASSO ANTE EL ESPEJO

La expresividad artística y la brillantez artesanal de Picasso se dan cita en una de las series de grabados más importantes de toda la historia del arte, comparable únicamente en calidad y extensión a las realizadas por Rembrandt y Goya. La colección toma su nombre de Ambroise Vollard (1866-1939), editor y marchante de arte de vanguardia en París, que organizó la primera exposición de Picasso en esta ciudad en 1901. La colección consta de 97 cobres, realizados entre 1930 y 1936, periodo en que el pintor alcanza su madurez artística, a los que se añadieron tres retratos del editor, hasta completar un centenar de estampas.