Mónica Cobeta Abad.- Mateo Merian (1593-1650) es uno de los grabadores más importante de la historia del arte. Educado inicialmente en el tratamiento del vidrio en Basilea, entre 1609 y 1610 se marchó a Zurich, donde aprendió la técnica del grabado. A diferencia de la anterior xilografía, o grabado en madera, el grabado “moderno” se realiza directamente dibujando en una placa de cobre. En esta nueva modalidad de grabados se formó Merian en Francia, Alemania y Holanda. En 1624 se hizo cargo de la editorial que regentaba su suegro, el también famoso grabador y editor Johann Theodorus de Bry, quien inmediatamente se dio cuenta de las habilidades de Merian, involucrándole en todas sus obras.
Tras la muerte de su suegro, Merian se traslada a Frankfurt, haciéndose cargo de la editorial. Al comienzo de sus actividades editoriales propias realiza la Biblia del Sol en Iconos, que se publicó en cuatro secciones separadas, con un total de 233 imágenes. Merian no había sido el primero en editar la Biblia únicamente en imágenes, pues venía existiendo una tradición dedicada a ello. A pesar de la plétora de publicaciones e ilustraciones que se pueden comparar, Merian aporta su propia perspectiva que atestigua la riqueza de su imaginación. Zetzner, editor intuitivo, reconoció de inmediato las posibilidades de las planchas de cobre de Merian. Las nuevas ideas planteadas cien años antes por el compromiso de los protestantes en la Confesión de Ausburgo, y comoquiera que su empresa compartía esa lealtad luterana, decidió adjuntarlas al primer borrador, remplazando la xilografía por la técnica del grabado en plancha de cobre que caracterizó a Merian, y además en un formato novedoso, el folio, que los creadores de papel extraían de un pliego de cuatro páginas imprimibles (semejante a lo que hoy conocemos como A3). Las imágenes no fueron aumentadas. Salvo una, las 233 ilustraciones de Iconos se adaptan al formato folio, por lo que parece claro que las planchas de cobre tuvieron que ser concebidas para este formato. La característica más llamativa de esta Biblia fue la habilidad del grabador para aunar lo real y lo ideal. La creación de imágenes destaca por la gran abundancia de detalles en estrecha colaboración con el texto bíblico: bosques, paisajes, ciudades, castillos, palacios. Ello se ve reforzado por la perfección en la técnica del grabado en cobre que Merian adquirió durante sus años de aprendizaje.
Llegamos así a 1630, fecha en la que apareció en Estrasburgo la conocida como Biblia de Merian, la gran Biblia de Lutero con imágenes, publicada por Lazarus Zetzner, una de las editoras más importantes de Europa. Fue la primera vez que los famosos grabados de Mateo Merian, fueron insertados en el texto a dos columnas. La biblioteca de Wurtemberg conserva dos copias de esta edición, la primera en un solo tomo, en la que las letras bíblicas están dibujadas y pintadas a mano en las múltiples páginas. Más interesante es la segunda copia, que originalmente estaba formada por tres volúmenes en pergamino, el primero de los cuales ha desaparecido. Los grabados de este volumen perdido probablemente fueron coloreados a mano, asi como el tercer volumen dedicado al Nuevo Testamento. Además de estas copias, sólo hay otras dos en Stuttgart, también pintadas a mano con colores pastel.
En cuanto al contenido, la estructura de la Biblia de Merian es asimismo original. Los tres volúmenes de los que consta se distribuyen del siguiente modo: en el primer volumen, aparece el Pentateuco con 50 grabados, Josué, con 5 y otros libros del Antiguo Testamento como Salmos, Proverbios y el Cantar de los Cantares. Un total de 124 cobres, uno de la portada principal, que se refiere a toda la Biblia, y una tipografía impresa en negro y rojo con el título general, completan este volumen. El segundo volumen comienza con el libro de los Profetas, con 32 grabados en páginas separadas del título. Y el tercero está dedicado al Nuevo Testamento, con su propia página de título y 77 grabados. El volumen primero, después de los títulos, incluye un prefacio firmado por el editor, seguido de una cronología y una colección de citas sobre las conexiones entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Las imágenes iban acompañadas de textos en diversos idiomas, entre los que destacan el alemán y el latín.
De esta fabulosa Biblia en imágenes, en fecha reciente se realizó una edición facsímil de extraordinaria calidad, a cargo de la prestigiosa editorial austríaca Coron. En una tirada limitada y numerada, encuadernada en plena piel, con herrajes y cierres metálicos, se trata de un volumen de gran tamaño, impreso en papel especial de alto gramaje, que nos permite, por primera vez, gozar de la impresión de tener en las manos un libro de época, con toda la calidad técnica del original, pero a un precio asequible a prácticamente todos los bolsillos bibliófilos. ¡Una iniciativa por la que desde aquí felicitamos al editor!
REMBRANDT, GRABADOR DE LA BIBLIA
Rembrandt realizó más de trescientas obras sobre historias y figuras de la Biblia (entre ellas, setenta aguafuertes), dotadas de un gran sentido de la composición, una sorprendente variedad técnica y una enorme expresividad emocional. El primero de sus grabados de temática bíblica data de 1626 y el último, de 1659. Para Rembrandt, el grabado no era un mero producto derivado de sus pinturas, sino un género dotado de un valor intrínseco. Con ello, seguía los pasos de sus más célebres predecesores, como Lucas van Leyden o Alberto Durero, llevándolos a un nuevo nivel. LEER MÁS
LAS FIGURAS BÍBLICAS DE VIRGIL SOLIS
Las primeras obras firmadas por Solis son de 1554. Su estilo, marcadamente decorativo y de vocación arquitectónica, sintonizó con cierta corriente en boga en el Renacimiento centroeuropeo por aquella época, que se complacía en fusionar temas y ornamentos de estirpe italiana con un gusto por lo abigarrado típicamente germánico. Su arte incorporó influencias de Durero, Beham y otros artistas. Su mejor obra son las Figuras Bíblicas del Antiguo y el Nuevo Testamento, que aquí analizamos, un proyecto gráfico sólido, quizás algo discutible bajo una óptica teológica, pero cautivador y apasionante desde la primera imagen hasta la última. LEER MÁS
JACQUES CALLOT, ACÉRRIMO CONTRARREFORMISTA
El célebre grabador francés Jacques Callot nació en una región de predominio católico, donde además la influencia de Roma era creciente. El propio autor formaba parte de la cofradía de la Inmaculada Concepción, e hizo causa común con el dogma de la Comunión de los Santos propugnada por el Concilio de Trento. No es extraño, pues, encontrar estos temas en su producción grabada: entre sus centenares de estampas se incluyen ciclos sobre la Virgen, o su serie sobre vidas de santos. LEER MÁS